En primer lugar definiremos qué es la autoestima. El autor Rosenberg entiende la autoestima como un sentimiento hacia uno mismo, que puede ser positivo o negativo, el cual se construye por medio de una evaluación de las propias características.
La autoestima está compuesta por cuatro conceptos:
- Autoimagen: Opinión que tenemos de nuestro aspecto físico.
- Autoconcepto: Opinión que tenemos sobre nosotros mismos, lleva asociado un juicio de valor.
- Autorrefuerzo: Manera en la que una persona se da un premio a sí misma, cuando siente que ha logrado un objetivo personal.
- Autoeficacia: Confianza que tiene una persona en sí misma, para alcanzar una meta u objetivo.
Se considera importante tener un valor alto en estos cuatro conceptos para considerarse que se tiene una buena autoestima. Cada uno de ellos tiene el mismo grado de importancia. Es conveniente analizar cada uno de ellos para ver cuál necesitaría trabajarse en mayor medida
La autoestima no es algo innato, se va conformando según las experiencias que vamos teniendo a lo largo de nuestra vida. Las relaciones que vamos estableciendo, y el resultado de las mismas, conforman la imagen que tenemos de nosotros mismos.
En la infancia, es la familia, quien tiene el papel más importante en el desarrollo de la autoestima.
Si los padres, confían en las capacidades del niño, éste lo hará. Una familia que refuerza los logros, no castiga los fracasos y ofrece alternativas para remediarlos, potencia las cualidades de sus hijos etc… logrará una mejora en la autoestima de su hijo.
Estos padres lograrán que su hijo:
*Confíe en sus propias capacidades y recursos.
*Aprenda a manejar situaciones complejas.
*Resuelva de manera adecuada sus conflictos.
En la adolescencia, es el grupo de iguales quien adquiere un papel más importante.
Si en sus relaciones, los niños sienten que su grupo de amigos cuentan con ellos, les llaman, se preocupan, muestran interés etc, se sentirán más seguros y confiados de sus cualidades y habilidades.
Si por el contrario, notan rechazo, que no son aceptados, no se sienten importantes etc comienzan a dudar de sus propias virtudes, y es cuando está en peligro su autoestima.
En estos casos, tienden a realizar conductas que van en contra de sus propios deseos , buscando la aprobación del grupo, generando esto sentimientos de frustración, y malestar.
Es aconsejable desde el hogar, poder tener espacios en familia, donde los adolescentes puedan expresar sus emociones, vivencias, experiencias etc… sin miedo a sentirse juzgados.
Dichos encuentros si se llevan a cabo cumplirán varios objetivos. Por un lado, reforzar aquellas cualidades que posean que les puedan llevar a un buen funcionamiento personal y social. Por otro, reconocer cuales son las actitudes de nuestros hijos que les generan dificultades en cualquier esfera para ayudarlos a manejarse de formas mas adaptativas.